Me gusta la playa de San Juan. La conozco bien. Es una hermosa bahía de mar abierto y cambiante. A la derecha la bahía tiene un faro que parpadea queriendo competir con el rielar de la luna reflejada en la oscuridad del mar. A la izquierda se recortan, en un fondo montañoso, casas lamidas por un monotono ir y venir de olas. La playa tiene una arena fina y dorada con pequeñas partículas de mica que brillan al sol siempre presente. Para llegar a ellla atravieso un paseo con altas palmeras y un murete con un vistoso ajedrezado de azulejos. ¡Sí!, me gusta este mar, esta playa. Al anochecer, en el ocaso si miramos al horizonte en el punto donde se juntan el mar con el cielo parece que asistimos a un espectáculo de fuegos artificiales.
Autor: Alberto Manera Mesón
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