domingo, 15 de diciembre de 2013

Belenes del Mundo: No hay Navidad sin Belén

En esta ocasión queremos compartir con vosotros un verdadero paraíso navideño: se trata de la impresionante colección de belenes del mundo expuesta en el Museo Africano de Madrid. Para nosotros, la visita ha sido una experiencia estupenda y novedosa. Supone encontrarse un pedacito de Navidad para compartir con la familia y los amigos. Lo único que entristece es que una colección de belenes tan impresionante y tan original esté en un lugar desconocido para tantas personas y tenga una difusión tan escasa.

El Museo Africano pertenece al grupo Misioneros Combonianos, orden que se extiende por los cinco continentes y que hace su misión en los países más desfavorecidos del mundo. Los belenes que se pueden disfrutar en esta colección responden a esa espléndida multiculturalidad puesto que se encuentran belenes de todos los continentes, que sorprenden por la adecuación de la sagrada familia a las diversas razas y tradiciones existentes en los diferentes países. Impresiona, por tanto, la interpretación popular de la tradición bíblica, algo que sorprende al visitante y que resulta impactante para los sentidos y la sensibilidad. Los Misioneros Combonianos, por tanto, comparten con aquellos que los quieran visitar una colección única que merece muchísimo la pena como plan para estas fiestas. Queremos compartir con vosotros algunos de estos tesoros navideños.

El belén que aparece a continuación, de procedencia mexicana, es uno de los más originales e impactantes de la colección. Se ha realizado en envoltura de maíz, que posteriormente se ha tintado. Destaca por sus vistosos colores, que alegran de manera extraordinaria el conjunto. La fuerza de este belén radica en este vistoso policromado y en la utilización por parte de los indígenas del maíz, material tan cotidiano para ellos. Preciosa pieza que inicia la exposición.



El belén más extenso de todos es, sin duda, el belén de madera realizado en el Congo y que os enseñamos en la foto de abajo. Destaca por la adecuación de las figuras a la realidad congoleña. Todas son de raza negra y, como no podía ser de otra manera, se dedican a laboras de agricultura y ganadería propias del país, así como adaptan sus vestidos y estética a la autóctona.



A continuación os enseñamos unos belenes en su mayoría de países del sur del continente americano. El que ocupa el centro de la imagen destaca por estar hecho sobre pequeñas calabazas, talladas y pintadas a mano. Al igual que el de la parte superior izquierda que presenta un belén en el interior de un calabaza. Todos ellos nos dejan ver los rasgos particulares de sus países de origen.



Aunque la exposición se centra en los belenes del mundo, por su armonía estética y su clasicismo, merece la pena mostrar un estupendo belén napolitano que posee la institución y que también permite ver durante estos días. Ideal para el gusto de los más tradicionales y de gran calidad.



No queremos enseñaros más, para dejaros con las ganas de que os deis un paseo por el Museo, situado en Arturo Soria 101, y disfrutéis de estos tesoros artísticos en estos días navideños. Para despedirnos os enseñamos una panorámica de una de las partes de la exposición. Esperemos que vayáis y que compartáis la experiencia con nosotros.



Autora: Laura Arroyo Martínez

jueves, 28 de noviembre de 2013

La Córdoba monumental

Había estado en Córdoba hacía mucho tiempo, cuando tenía seis o siete años. Ahora, he tenido la oportunidad de viajar de nuevo a esta encantadora ciudad que tenía bastante difuminada en mis recuerdos y, sin lugar a dudas, puedo decir que merece muchísimo la pena.

Al ser una ciudad pequeña, desde Madrid, se puede hacer una escapada de fin de semana y ver lo más atractivo de la ciudad sin agobiarse por todo lo que no se ha podido hacer. Córdoba es una ciudad con un patrimonio cultural inmensamente rico, con una gran historia, a la que acompañan la amabilidad de sus gentes y su envidiable gastronomía, para todos aquellos que disfrutamos con sabores propios de las distintas culturas.

Uno de los importantes atractivos culturales de la ciudad es la convivencia de religiones que han pasado por ella a lo largo de la historia y cómo pudieron convivir unidas hasta el momento de la Reconquista. La ciudad conserva una de las tres sinagogas históricas que quedan en España, junto a dos existentes en Toledo. La sinagoga, que se inserta dentro del casco histórico de la ciudad, se alza como un monumento de gran interés en el que se puede descubrir el atractivo de su arquitectura y de su decoración con inscripciones y tallado en sus paredes.





Si duda alguna, Córdoba nos ofrece una de las joyas del Al-Andalus. La Mezquita de Córdoba se erige como un monumento único en el mundo. La gran Mezquita cordobesa, que fue una de las más grandes del mundo custodia en su interior la actual Catedral de Córdoba. La mezcla entre la arquitectura árabe y la propia de la Europa renacentista es asombrosa. Junto al muro de entrada de la Catedral podemos encontrar los característicos arcos de herradura doble, que ocupan todo el espacio de la antigua mezquita. Os dejamos a continuación algunas de las imágenes más impactantes de este monumento que, junto a la Alhambra de Granada representan dejando a quien lo visita completamente impresionado, lo mejor del arte andalusí en la península.







El último monumento indispensable para quien visita Córdoba es, sin duda, el Alcázar de los Reyes Cristianos. Este castillo fue residencia de los Reyes Católicos durante ocho años y, con independencia de las maravillosas vistas panorámicas que se pueden disfrutar de la ciudad, uno de sus mayores atractivos son sus jardines, cuidados a detalle, recorridos por el agua que brota de sus fuentes.







Córdoba es una ciudad que sorprende porque supera las expectativas que uno puede tener, a priori, de ella. Tal vez algo solapada por otras ciudades andaluzas, uno no espera encontrase maravillas culturales tan impresionantes como las que allí se puede visitar.

Autora: Laura Arroyo Martínez

viernes, 15 de noviembre de 2013

Madrid Río

Vivimos en una de las orillas del conocido proyecto urbanístico “Madrid río”. La idea de enterrar la M-30 y realizar sobre ella una zona de paseo ajardinada como la actual, ha revalorizado los barrios colindantes a esta vía verde y ha mejorado de manera sorprendente la calidad de vida de los vecinos de los distritos de Usera, Comillas, Arganzuela, Latina, entre otros.






Esta vía verde, trazada desde Príncipe Pío hasta Delicias, es utilizada para realizar diferentes actividades de ocio al aire libre, como hacer footing, montar en bici, patinar, dar un agradable paseo, tomarse un refresco en alguna de las terrazas que han habilitado en su trazado… Es un espacio al aire libre para disfrutar con toda la familia. Madrid Río también tienen zonas de juego infantil, como queda reflejado en esos jabalíes de madera que os enseñamos.



Se puede además, disfrutar del atractivo de espacios emblemáticos de la capital, tales como el antiguo matadero de Legazpi, ahora remodelado en un activo espacio cultural (las Naves del Matadero), donde ser organizan diversas exposiciones, congresos, obras de teatro etc.



Otro espacio importante en nuestro recorrido es, sin duda, el estadio Vicente Calderón, el estado del Atlético de Madrid, donde los colchoneros viven con entusiasmo los sufrimientos del equipo rojiblanco.



El paseo se une en una de las entradas a la Casa Campo, lugar importantísimo para la ciudad, uno de sus pulmones, donde los madrileños disfrutamos de cantidad de actividades deportivas y recreativas. Las columnas que os enseñamos son la puerta de Madrid Río hacia la Casa de Campo.



Por último, en una de los finales del paseo, llegamos a la antigua estación de Príncipe Pío, hoy restaurada como centro comercial, dentro del centro de la ciudad.



Todo el proyecto ha sido cuidado con esmero, tal vez demasiado. Os dejamos con la vista del puente más espectacular de este paseo madrileño, con la ilusión de que lo disfrutéis.



Autora: Laura Arroyo Martínez

sábado, 13 de abril de 2013

Museo del Ferrocarril - Madrid

El domingo pasado llegué al Museo del Ferrocarril, optando por una de las posibles opciones que una ciudad como Madrid aporta una mañana de domingo. Y, sí, la verdad es que esa visita a un pequeño y encantador museo madrileño se convirtió en una gran experiencia.



En ese espacio se puede contemplar la historia de nuestros ferrocarriles y disfrutar de diseños y maquinarias históricos. Se consigue parar el tiempo, asomarse al pasado de una manera diferente y, en este caso, tecnológica. Nos encontramos ante un lugar que sorprende al visitante, que seguramente acude a la visita sin demasiadas expectativas, al no ser un lugar promocionado, a pesar de estar en un lugar tan popular como Delicias. Como podéis imaginaros por las imágenes que comparto con vosotros, se trata de un espacio cargado de melancolía, de poderío ferroviario y de, en el fondo, optimismo. Aunque no fue mi caso, visitar este museo con niños es una gran alternativa. A lo largo del recorrido se puede comprobar cómo disfrutan los más peques de la casa estos viejos trenes y, sobre todo, de la sección de modelismo. Las maquetas están realmente bien hechas. Pueden completar la visita con un mini-paseo en un tren también realizado a escala. Un plan perfecto, para vivirlo en familia, como fue mi caso.





Autores: Laura Arroyo Martínez y Rubén Gómez García