lunes, 20 de febrero de 2012

La Puerta del Sol - Cáceres

La Puerta del Sol en el casco medieval de Cáceres es uno de los rincones más especiales de la ciudad, tras ella se esconden actualmente pequeñas salas, jardines y patios que pertenecen a la parroquia, pero lo verdaderamente mágico del lugar es el pequeño espacio que hay delante, esa pequeña plazoleta de piedra que comunica las estrechas calles de la izquierda, húmedas y silenciosas, con la ancha cuesta de los caballeros a la derecha, siempre transitada y con sus largos escalones que nos guían hasta la iglesia que nos cubre las espaldas. Desde este rincón, cuando el sol calienta es fácil oler el granito de la piedra, es fácil sentir las pisadas de las gentes que transitaron estas calles, o el viento que mecía los cabellos de las doncellas, y si nos paramos un tiempo con los ojos cerrados, aún se sienten las meditaciones de los caballeros que antaño contemplaron esta puerta antes de partir hacia alguna justa batalla.



Autor: Leandro Pavón

jueves, 9 de febrero de 2012

Laguna del Patriarca

Laguna del Patriarca. Moscú. Además de ser un lugar de alto voltaje literario (El maestro y Margarita, de Bulgákov, comienza precisamente en este lugar), es uno de los pocos lugares humanizados que encontré durante una estancia en Moscú. En un banco del parque, una señora mayor me miraba risueña, y pensé en cuántas cosas podría contarme si hubiéramos podido entendernos en alguna lengua.



Autor: Francisco García Jurado

domingo, 5 de febrero de 2012

Alcalá del Júcar


Este es uno de esos muchos pueblos que podemos encontrar en la geografía española donde el tiempo parece detenerse, rodeado de preciosas vistas y de gente maravillosa y que, prácticamente, nadie conoce, salvo sus propios vecinos. Os hablo de Alcalá del Jucar, un pequeño pueblo de la provincia de Albacete que crece en las laderas del río Júcar (de ahí el nombre del pueblo).

Durante el año pasado, tuve ocasión de visitar este entrañable lugar en uno de mis viajes de trabajo. En esa ocasión simplemente conocí la plaza central del pueblo, al pie del río y el hotel donde me hospedé. La gente, la comida y la habitación me parecieron fenomenales y decidí planear un viaje más adelante para conocer más mejor el pueblo.



De entre los muchos atractivos de este pequeño pueblo, podemos encontrar un castillo de finales del siglo XII, un puente romano cruzando el río Júcar perteneciente al Camino Real de Castilla a Levante y una serie de cuevas visitables todas ellas donde se puede incluso tomar una copa mientras se baila. Las vistas desde lo alto del castillo son preciosas, y se puede observar un gran tramo del río y una magnífica panorámica del valle.

No pretendo hacer de este escrito una propaganda gratuita para el pueblo, pero no puedo más que recomendar a todas aquellas personas que les guste la naturaleza y que quieran sentirse retirados del mundo, pero sin alejarse de la civilización que lo visiten por sus bellos parajes, buena comida y estupenda gente.



Autor: Rubén Gómez García